APEROS DE BESTIA
[EVANGELIOS VARIOS]
En el apócrifo canto también pierdes la noticia -no puedes retenerla-Ante ti tres cantos pero los extravíos no son una
cifra: son los escalones que transitan nuestrosmuertos.
I josé cemí, en trocadero/ 162 [capítulos 1 – 5]
1
Omitir la danza en alquiler y dejar de par en par la danza de la hiedra: parte
de la labor de vivir en el equívoco / parte del trabajo de hablar desde el
equívoco. Pensabaasí, dudaba si ensillar la bestia pillada al azar entre la fauna de Maldoror. O si mejor sería degollarme después de haber sido ensillado con la precaución de un collar dezumaque. No sea que mi sangre traspase los umbrales con cierta miopía de tiempo. Sobre la explanada, el arsénico
derramado extiende la fama del santuario. Porquedel samán es el mensaje divisado desde las terrazas / Pero la tortura de divulgarlo es de los ebrios de la ciudadela.
de la labor de vivir en el equívoco / parte del trabajo de hablar desde el
equívoco. Pensabaasí, dudaba si ensillar la bestia pillada al azar entre la fauna de Maldoror. O si mejor sería degollarme después de haber sido ensillado con la precaución de un collar dezumaque. No sea que mi sangre traspase los umbrales con cierta miopía de tiempo. Sobre la explanada, el arsénico
derramado extiende la fama del santuario. Porquedel samán es el mensaje divisado desde las terrazas / Pero la tortura de divulgarlo es de los ebrios de la ciudadela.
2
En la terraza lujosa se vacía la jaba de ron. Y a su vista la ruina cobra el volumen fiestero de una sucesión de olas. Pestañear es peligroso,
pero esta mutilación nointerfiere la retahíla de los barrios. A la diestra la
Misión Española / a la siniestra el Fortín de la Nostalgia. ¿En qué libro están
escri- tos nuestros nombres, si Levante y Poniente nos vuelven isla
pero esta mutilación nointerfiere la retahíla de los barrios. A la diestra la
Misión Española / a la siniestra el Fortín de la Nostalgia. ¿En qué libro están
escri- tos nuestros nombres, si Levante y Poniente nos vuelven isla
/ Si nos aíslan el amo y su mayordomo?
3
¿De dónde la tristeza? ¿Por qué
este portal de fósforo empa- pado? / este cordel con piezas de ropa lejana,
si la soledad es la sombra impertinente del vecino / de sumujer / de la aldea? Tras el ventanuco de tela metálica, los gritos del zan- cudo expiran su estado gaseoso / Porque infiel hasta el sone- to, el
verso se compruebapreludio de un manglar de muslos húmedos / de una
telaraña en que todo gesto queda atrapado hasta que lo consumes.
si la soledad es la sombra impertinente del vecino / de sumujer / de la aldea? Tras el ventanuco de tela metálica, los gritos del zan- cudo expiran su estado gaseoso / Porque infiel hasta el sone- to, el
verso se compruebapreludio de un manglar de muslos húmedos / de una
telaraña en que todo gesto queda atrapado hasta que lo consumes.
4
La Voz extraviada solicita una madeja para abandonar la os- curana. Y se
adensa en mi rostro una máscara que he sabido ganarme después de que un puñado depalabras ahuyentara a los gallinazos –que alzan vuelo desde que descubrieron a Roque Dalton
en una plaza de Praga abriendo un instante de magia: “Oh poesía de hoy: contigo es posible decirlo todo”–.
adensa en mi rostro una máscara que he sabido ganarme después de que un puñado depalabras ahuyentara a los gallinazos –que alzan vuelo desde que descubrieron a Roque Dalton
en una plaza de Praga abriendo un instante de magia: “Oh poesía de hoy: contigo es posible decirlo todo”–.
5
Puebla mis edades un mohín sahara en el que resbalan amo- res siniestros / Y
baratijas cuelgan del cuello de mis muertos descarriados / baratijas que nadie
ve por laneblina que anega
baratijas cuelgan del cuello de mis muertos descarriados / baratijas que nadie
ve por laneblina que anega
26
27
estas buhardillas. Es necio el informe meteorológico: prevé una larguísima oscurana / Nosotros opinamos lo contrario.
II nicolás, ante la mar crispada [capítulos 1 – 3]
1
Con esparcir caracoles sobre el tapete –y desplegar su lám- para de aire iridiscente–, se reconcilian el arrebato de la luz y un antiguo tañido de vientos que camina entrelos bejucos.
Y la sombra de los orishás oscurece mis rostros / inocula tus miembros.
2
En un mundo anterior retenido bajo vientres que jamás callan están mis
muertos –las manos vueltas hacia arriba– reconociendo rabos de gallo en un cielo rígido a través de celosías hechas de acacia y del sexo de flores venerables.
muertos –las manos vueltas hacia arriba– reconociendo rabos de gallo en un cielo rígido a través de celosías hechas de acacia y del sexo de flores venerables.
3
Sin saberlo, la muerte puede aún llamarse César y caer de rodillas ante una
daga / o llamarse César y ser el jerarca que extenúa flores al son del estandarte.Sensemayá: para qué el llanto por el que nunca has llorado, si las
cuerdas del ins- trumento son los surcos de toda triste canción / toda triste
semilla. Desde lasazoteas, un estrambote sin soneto busca
daga / o llamarse César y ser el jerarca que extenúa flores al son del estandarte.Sensemayá: para qué el llanto por el que nunca has llorado, si las
cuerdas del ins- trumento son los surcos de toda triste canción / toda triste
semilla. Desde lasazoteas, un estrambote sin soneto busca
las lindes del espíritu. Quencúyere / Mayambé. Y en mi voz ofuscada se posan
los colibríes al tiempo que una cruz se incendia como zarza / la enorme zarza enllamas que avistas en el campo del
Ku-Klux-Klan.
los colibríes al tiempo que una cruz se incendia como zarza / la enorme zarza enllamas que avistas en el campo del
Ku-Klux-Klan.
(…)
crónicas 1 – 7
1
1 si mucho antes de nacer fui mousseaux. si el abuelo
cascarrabias se hartó
de ordenar para la aduana las letras de su nombre / las de sus costillas / las
de su entera fantasmagoría.
de ordenar para la aduana las letras de su nombre / las de sus costillas / las
de su entera fantasmagoría.
[ abuelo: tu rostro
borroso como mancha trazada con mi dedo infantil y
grasiento sobre esa fotografía de cuerpo sepia y bordes rumiados por el terror]
grasiento sobre esa fotografía de cuerpo sepia y bordes rumiados por el terror]
2 si el paquete accionario del cuerpo –anegado
en pentotal sódico– traquetea
aquí abajo, como allá arriba los truenos desbocados.
aquí abajo, como allá arriba los truenos desbocados.
3 será entonces su voz como el océano abisal,
que me lleva sin que me dé
cuenta hacia lo profundo, hacia el lugar donde no es delicadoperder[se].
cuenta hacia lo profundo, hacia el lugar donde no es delicadoperder[se].
4 y la luna, como una hostia, entrará por mi
boca y barrenará poco a poco mis
vísceras hasta la mitad / entre matisses y klimts a medio digerir; iluminará
–ariete de pájaros que picotean mi voz– esas autopistas interiores hasta nacer de nuevo, rasmillándo[se].
vísceras hasta la mitad / entre matisses y klimts a medio digerir; iluminará
–ariete de pájaros que picotean mi voz– esas autopistas interiores hasta nacer de nuevo, rasmillándo[se].
5 si la primera vez
que vi al abuelo cascarrabias fue en una foto de la crónica en la prensa, fue
porque las ratas acabaron a dentelladas con la paja seca de la infancia.
2abismo y ceremonia
…tus refranes me hacían reír
w. colón / h. lavoe
1 zoila me mira
desde su tiempo con sus retinas pertinaces. y en cierto punto de su letanía, mi
infancia camina desyerbando su respingo.
2 escinde –como un afilado ecuador– las
plantaciones de almácigo y avanza entre esos hemisferios que son pastizales a
siniestra y diestra, en ondas concéntricas como trigales chamuscados por naves
que nadie vio jamás.
3 ahora que esas
retinas pertinaces suscitan la oscurana / y las ventajas infinitas de mi caos /
y la tempestad de bach en mis oídos.
4 ahora que se despereza la hiedra de menta que
ortiga mi sexo y se descuelga como una ordenanza de plata, también pertinaz.
ahora –y solo ahora– los prodigios de la química se hacen lugar entre los
clorhidratos y los anhídridos.
5 nunca es la misma la reacción de los
elementos. perozoila me mira desde su tiempo con sus retinas pertinaces que
prolongan su historia más allá del tiempo en que fue madre de mi madre.
13 si añades callejones de
música a las galerías que excava el gusano en la fruta enmohecida que es esta
carne / si le dieses pasos al juguete que marcha al son de la pulpa muerta / y
una voz que rememore / y un reflejo que las aguas se lleven tejido como en un
raído tapiz medieval.
2 si el clarín opaco que guardo bajo la axila
me obligara a naufragar en el fondo de los espejos, cuando el deseo husmea su
propia cloaca y se muerde la cola / si resbalara como una piedra por el
ideograma de tus canciones niñas / y solo pudieras amacarme entre tus
costillas, como a una promesa recién nacida, zoila.
14 puñados de tierra clausuran
la bullaranga de esta mi fogata particular.
2 un espejo entre
nosotros crece revistiendo la progresión de la sangre / deteniendo la travesía
de los emisarios de la fiebre en mi país.
3 amaría tener posesión de tu nombre / hincarle una pica
con su estandarte aún entero, mientras deambula por la pátina del invierno.
4 piaras desbocadas avanzan entre los brazos de
la muerte que sigue su curso hasta plegarse una y otra vez, semejante a un ojo
encerrado en sí mismo.
5[en la desnudez
de la piedra pómez, varón que has engendrado, se resuelve el fósil de la
pluma]
6ebrio, más ebrio,
decías tú, por haber renegado de la embriaguez. curador de la galería que habito, curador ensillado
bajo las mismas lámparas que me inocularon la intrusión, la errancia, la
tortura de la piedad.
7 aquí, en las seniles provincias del alba. a la
hora de las lápidas agotadas con la extranjería de los pordioseros, aún te
nombro.
Luis Carlos Mussó (Guayaquil, Ecuador, 1970)
Ha escrito, entre otras obras, Libro del sosiego (Guayaquil, 1997); Propagación de la noche, Premio Nacional César Dávila Andrade
(Cuenca, 2000) y Rostros de la mitad del
mundo (Crónicas). (I)