martes

Carta de Frida a Diego

Hace más de 12 años que descubrimos la obra de Frida Kahlo y su imponente amor con Diego Rivera. Yo era un universitario misio (las cosas no han cambiado mucho) y solo pude leer prestada una biografía sobre ella. Nunca pude sacar la copia de ese libro pero pude sacar una copia a una página, quizá la más contundente.

La transcribiré aquí una carta y un diálogo. La poesía existe.

"Mi Diego:
Espejo de la noche:

Tus ojos verdes dentro de mi carne. Hondos entre nuestras manos. Todo tú en el espacio lleno de sonidos, en la sombra y en la luz. Tú llamarás auxócromo, el que capta el color. Yo, cromóforo, la que da el color. Tú eres todas las combinaciones de los números, la vida. Mi deseo en la línea, la forma, la sombra, el movimiento. Tú llenas y yo recibo. Tu palabra recorre todo el espacio y llega a mis células, que son mis astros y va a los tuyos que son mi luz. Era la sed de muchos años retenida en nuestro cuerpo. Palabras encadenadas que no pudimos decir sino en los labios del sueño. Todo lo rodeaba el milagro vegetal del paisaje de tu cuerpo. Sobre tu forma, a mi tacto respondieron las pestañas de las flores, los rumores de los ríos. Todas las frutas había en el jugo de tus labios, la sangre de la granada, el tramonto del mamey y la piña acrisolada. Te oprimí contra mi pecho y el prodigio de tu forma penetró en toda mi sangre por las yemas de mis dedos. Olor a esencia de roble, a recuerdo de nogal, a verde aliento de fresno. Horizontes y paisajes que recorro con el beso. Un olvido de palabras formará el idioma exacto para comprender las miradas de nuestros ojos cerrados.

Estás presente, intangible, y eres todo el universo que formó en el espacio de mi cuarto. Tu ausencia brota temblando en el ruido del reloj; en el pulso de la luz; respiras por el espejo. Desde ti hasta mis manos, recorro todo tu cuerpo y estoy contigo un minuto y estoy contigo un momento. Y mi sangre es el milagro que va en las venas del aire de mi corazón al tuyo."

Y más adelante...

"Al final, Frida se quedó con su esposo. Diego la quería más que a cualquier otra mujer. "Si me hubiera muerto sin conocerla", le confió una vez a Carmen Jaime "¡me hubiera muerto sin saber lo que era una verdadera mujer!". En otra ocasión, esta amigo escuchó cómo Frida le preguntaba a Diego "¿Para qué vivo? ¿Con qué fin?, y él contestó. "¡Para que yo viva!". Para Frida, Diego era... todo. Anotó en su diario:

Diego, principio.
Diego, constructor.
Diego, mi niño.
Diego, mi novio.
Diego, pintor.
Diego, mi amante.
Diego, "mi esposo"
Diego, mi amigo.
Diego, mi padre.
Diego, mi madre.
Diego, mi hijo
Diego, yo
Diego. Universo.
Diversidad en la unidad.

¿Por qué lo llamo Mi Diego? Nunca fue ni será mío. Es de él mismo.

viernes

21dic2012

Vivimos una época de cambios, pero la historia de la tierra -hermoso animal galáctico- está marcada por ellos. Ninguna de las profecías que mencionan al 21 de diciembre, dicen que ese día será el fin del mundo o del hombre, siempre se habla del fin de los tiempos. Y esa es la verdad implacable: nos uniremos al real tiempo del universo. Todo está relacionado con el Ciclo Cósmico, con la salida del Sistema Solar de la Constelación de Piscis y su llegada a la zona del espacio donde brillan las estrellas de la que llamamos la constelación de Acuario. Y los mercaderes del espíritu, los lisiados del corazón, los animales rabiosos del dinero, intentan vendernos caos, miedo y desesperación. Como en ningún otro momento necesitamos un amor impecable, una impecable soledad, necesitamos ser antorchas arrojadas a la cara, una marea que no deja de crecer.

miércoles

Poema de Juan Carlos Mestre


Fio Loba me prestó este libro, conoció al autor, Juan Carlos Mestre, a comienzos de este año, en el Festival de Poesía Fórnix. Atrae el despliegue de Mestre. Entre los textos que me gustaron y los que no, comparto con ustedes uno que me pareció interesante (!)... si ya sé, cometo un capricho pero siempre busqué un poema donde aparezca mi nombre.




EL NIÑO JOHN

El niño John no es el niño Juan.
Los ojos del niño John y los ojos del niño Juan no ven las mismas cosas en el fondo del lago.
Bajo los párpados del niño John la sed es un caballito de mar que vale dos dólares.
Bajo los párpados del niño Juan aletean las mariposas negra del vendedor de sandías.
El niño John tiene un martillo de cristal, el niño Juan tiene una nuez transparente.
Las manos del niño John cuenta las semillas de las estrellas, los dedos del niño Juan juegan con la chapa de la luna nublada.
Los ojos del niño John y los ojos del niño Juan no miran a los mismos pájaros que tiemblan en la oscuridad.
El niño John trae a su madre el declive de la montaña, el ruido del río, la perla del granizo le trae el niño Juan.
Cuando se hace de noche la sombra del niño John sueña que es la sombra del niño Juan cuando se ha hecho de día.


(del libro La Casa Roja, Calambur Editorial, 2009)