lunes

Cuatro poemas de Jenny Bernal (Colombia)

La casa


Bienvenido a esta casa
su casa,
aquí se respira el frío hiel
de ese aliento ausente.
Bienvenido a esta casa
de enojos y lágrimas,
bien pueda siéntese donde sus pasos se agoten
donde su piel se seque,
la casa ha cambiado un poco
-usted perdone-
pero he evitado pintarla
para que las grietas del tiempo
le regalen un poco de ese matiz familiar.
Es la misma casa, no se asuste
esa misma, que construimos hace tiempo
esperando estar lo suficientemente solos
para habitar en ella.


Alquimia de un hombre


Un buen día le observas
despojándose de quien se cree es,
meditabundo en su mirada de miedo
con ese aliento apagado que produce el vacío
reviviendo cadáveres;
con un credo por camino
y las grietas de sus manos
desviándose entre llagas
que tímidamente bordean su corazón.
Va conservando su sombra
bebiendo sonrisas.
Amando,
porque no hay otra forma
de conducir la lava
hacia esas tierras errabundas
y evocar del aire
el soplo
que espanta la muerte.


Sobre los oficios


Incluso para ser mendigo hay que conocer bien el oficio
saber cuál es la esencia de su infortunio,
buscar de los callejones el mejor espacio para resguardarse del frío
reconocerse un ser vulnerable; vestir su fragilidad de trapos viejos
ver en la mirada del otro un espejo de sus miserias.
Incluso para amar hay que conocer bien el oficio
saber cuál es la esencia de su infortunio,
buscar de los callejones el mejor espacio para resguardarse del frío
reconocerse un ser vulnerable; vestir su fragilidad de trapos viejos
ver en la mirada del otro un espejo de sus miserias.
Incluso para  olvidar, perdonar…
hay que conocer el oficio.


XIV


Hemos hablado suficiente
del silencio
ahora
entre las ruinas
hablaremos del ruido.
El fuego de vocales extintas
será extraño ante la incandescencia
asechando los oídos.
Salgan a lucirse
conjuradores de la estridencia.
Vengan a brincar entre escombros
con sus palabras torpes.
Ruido es el pasado
ruidoso el eco febril del amor,
el recuerdo.
Ruido el pacto, la historia
la apuesta
los amigos, las personas
simple, banal, inútil ruido…
No indaguemos la mentira de su habla
es el ruido sólo eso,
se agota súbitamente
y vuelve el viejo tema a rescatarnos.
Por fortuna
aún estamos hechos de silencio.


Jenny Bernal. 
Bogotá, 1987. Promotora de Lectura y Escritura en BibloRed (Red Capital de Bibliotecas Públicas de Bogotá). Cofundadora del Festival de Nueva Poesía y Narrativa Ojo en la Tinta. Miembro del comité editorial de la Revista Contestarte y la Revista Latinoamericana de Poesía La Raíz Invertida. Ha publicado en Raíces del viento: cinco poetas jóvenes colombianos y preparó la selección y prólogo de Postal del oleaje, poetas nacidos en los 80: Colombia- México.