Es la tarde del sábado y realmente no quiero hacer nada. Liar un cigarro, tomar un café y oir la voz/puente del gran Otis Spann es un remedio perfecto para la modorra. Miento al decir que no hago nada. Escuchar a Otis Spann es una labor agotadora, el aire falta, la boca queda seca, la piel se estremece como si por mi ventana -que da a otra ventana- entrara una ráfaga de aire frio.
Otis ataca el piano siempre con los ojos en otra parte del cuerpo, siempre con la voz como un cuchillo para rasgar la nada. Su piano como una fogata eterna, como un péndulo.
En este video grabado en 1960, Spann es acompañado por la increible guitarra de Muddy Waters, el resto de los músicos son de la banda de Muddy.
