miércoles

Van Morrison and Bob Dylan



Estos días donde se habla del nobel, del indulto, del fin del mundo. Estos días de la bandera colgando entre los ojos, del humo perdido en el agua., días de acumular evidencia entre los genitales, de domesticar gigantes y animales antediluvianos, días de pensar en ella y en ella y en él. Días y más días.

Entonces cuando vengo al trabajo y ejecuto el papel de producción web, destilo soles y maquetaciones de realidades paralelas. Imagino, hurgo, libero, escuchó documentales sobre la historia oculta de la humanidad, oigo conciertos, reportajes, historias, entrevistas. Escuchó siempre las alucinadas que el caldero-de-brujo-youtube me proporciona. Y así encuentro cosas como esta, donde dos dragones se detienen antes los restos de un mundo perdido y establecen una música que conjura otras. Y todo es un inmenso beso de despedida, y todos comienzan a beber del alcohol de insomnio y añoranza.

Inmensos e inéditos pentagramas -Dylan y Van Morrison- dos climas de las tierras del norte, ahora instalados en Atenas, camino al Olimpo, seguramente a punto de incendiar Esparta.