jueves

Sobre Gadafi, Palestina y otras heridas.


¿QUÉ NUEVOS CAMINOS TOMARÁ LA MUERTE?

Mientras en el Perú la comidilla electoral abarca la mayoría de medios de comunicación limeños, mientras muchos se rasgan las vestiduras por la presencia resistida de MVLL en la FIL de Buenos Aires, prolongando así la figura de la “vaca sagrada” en la literatura nacional. Mientras esto, la muerte sigue avanzando.

No ha pasado ni unas semanas de la caída de Mubarak en Egipto, para que Libia y otros países árabes se despertaran, la gente en la calles protestando para que salga Gadafi ha sido un momento pleno de rebelión pero a la vez de abandono.
La terrible violencia con la que Gadafi mandó reprimir a los manifestantes provocó la rápida reacción de la comunidad internacional, el Perú por ejemplo, cortó las relaciones diplomáticas con ese país. Sin embargo decir que esta mal el uso de la fuerza y no hacer nada más que hablar es apañar la violencia y eso es otra forma de continuidad, otra forma de aceptar esas muertes. La comunidad europea se ha mantenido al margen porque países como Italia, Francia, Suecia, Alemania y otros tienen a empresas muy grandes invirtiendo en Libia, así que su respuesta a sido tibia, casi insignificante. El gobierno de Obama y su séquito, igual.

Muerte sobre muerte pretende que sea el precio para salir del poder, así, Gadafi, en pleno viaje alucinógeno busca prolongar hasta su ultima respiración la presidencia de ese país rico en petróleo. Entonces amenaza con matarlos a todos, entonces los dictadores Hugo Chávez y Fidel Castro, apoyan ese delirio. Y la prensa deja de mirar a Israel, a Irak, a Afganistán mientras la muerte puebla todo. No es que haya cesado el fuego o las bombas en esos países, sino que el interés está ahora en Libia, en esas muertes y su botín de oro negro.

Y como la muerte nunca muere, el dolor es una constante, así han pasado ya dos veranos, dos años desde la absurda Operación Plomo Fundido, en la Franja de Gaza, donde 1.400 personas de origen palestino murieron absurdamente, de esas muertes, muchas son de civiles indefensos. Como es el caso de la niña Mather Abu Zneid, asesinada por un misil disparado desde Israel, un misil teledirigido, es decir que apuntaron, vieron quiénes eran sus objetivos y dispararon. Recuerda su madre, “Las mataron, ante mis ojos. Una madre nunca tendría que haber presenciado eso. ¿Por qué nos atacaron? ¿Qué crimen habíamos cometido? Éramos cinco mujeres solas caminando por una calle vacía. Quiero saber por qué. Quiero que la ONU investigue por qué mataron a mi hija.”

¿Cuántas madres más enterraran a sus hijos? ¿Cuánta sangre seguirá tiñendo la tierra? ¿Qué precio debemos pagar para calmar tanto odio, tanta ambición desmedida? ¿Cómo terminará Gadafi? ¿Qué nuevo camino tomará la muerte?

Mather Abu Zneid

(Artículo ha ser publicado en Limagris el día 04 de marzo 2011)